Hola a todos y todas.
Las palabras dichas en algún momento de nuestra existencia, son como gotas de agua, pueden ser dulces y suaves, espontáneas por no esperarlas o fuertes que nos mojan por fuera y por dentro.
Ellas a través de nosotros parecen, a veces, tener autonomía propia, dirigen nuestra mente sin explorar lo que realmente queremos decir y salen disparadas como fuegos artificiales, a veces blancos, otras veces de colores y a veces explosionan sin control, asustándonos incluso a nosotros por la fuerza con que salen y decimos.
El lenguaje verbal es amplio y rico en todas partes de mundo, tan rico como las mentes que las piensan, dicen o salen de nuestra garganta en forma de palabras.
A veces, con tanta riqueza de vocabulario, deberíamos centrar lo que queremos decir, meditar dependiendo el momento o lo que necesitemos expresar, sentimientos, dolor, angustia, pena, alegría, felicidad, miedos o simplemente una palabra hermosa a alguien o a algo.
Seamos consecuente con ellas, las palabras, y pensemos que, a veces, decirlas sin ningún objetivo o disparando para hacer daño nos traerá consecuencias no gratas e incluso respuestas con las cuales no contábamos por el dolor que nos pueden producir.
Seamos conscientes de que todo tiene consecuencias y al final, si las analizamos detenidamente y en calma, entenderemos las cosas y todo se volverá más sencillo.
May.