La soledad compartida es uno de los mayores problemas a los que la gente de cierta edad estamos expuestos en los tiempos que corren.
Digamos que, nos sentimos solos rodeados de personas que tenemos en nuestro entorno y de las cuales a veces dependemos, bien emocionalmente o bien económicamente.
Respiramos con aires prestados, aires restringidos, aires contaminados de partículas de inseguridad y de emociones sin sensibilidad.
Pensamos que podemos salir de ello con solo abrir la boca para poder inhalar y eso nos lleva a la confusión de hacerlo sin sentir, sin pensar y sin medir las fuerzas de la bocanada de aire.
Aire contaminado por el exceso de preocupaciones y situaciones que no llegamos a entender y menos ver que se nos acercan.
Pedimos desde lo mas hondo de nuestras entrañas que nos dejen, que nos dejen respirar, que nos dejen expresar lo que sentimos y como nos sentimos. Expresar con palabras nuestro malestar por las circunstancias que vivimos y sobre todo por las que ha veces nos hacen vivir.
Desde aquí mi pequeña aportación a todas esas mujeres y hombres que luchan desde sus entrañas para poder respirar de una manera normal día a día,
May.
( Dedicado a mi amiga Soledad ).
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